Me tocaron todas en Barcelona.
Llegada al aeropuerto y los paneles de información no funcionaban, los operarios anunciaban por la megafonía por que cinta llegaban nuestros equipajes, por supuesto sólo en español, los finlandeses me miraban confundidos con cara de, que pasa?. En mi cabeza pensaba: Bienvenido a España!. A la salida del aeropuerto me esperaban caravanas kilométricas en los accesos a Barcelona.
Para rematar el fin de fiesta cogí el Ave a Zaragoza. Como corderitos siguiendo a una azafata con un cartel que ponía Madrid - Puerta de Atocha, nos montaban en los autobuses con rumbo a Tarragona, donde más tarde nos embarcarían en el tren. Por increible que parezca el conductor va y se pierde en el trayecto. Nos tuvo más de una hora dando vueltas por Tarragona con el pitorreo generalizado de los pasajeros. Con gritos de llevanos a Ibiza que sale el Ferry en media hora!
Al día siguiente presente la pertinente reclamación y al menos me devolvieron el 50% del importe del billete.
Llegada al aeropuerto y los paneles de información no funcionaban, los operarios anunciaban por la megafonía por que cinta llegaban nuestros equipajes, por supuesto sólo en español, los finlandeses me miraban confundidos con cara de, que pasa?. En mi cabeza pensaba: Bienvenido a España!. A la salida del aeropuerto me esperaban caravanas kilométricas en los accesos a Barcelona.
Para rematar el fin de fiesta cogí el Ave a Zaragoza. Como corderitos siguiendo a una azafata con un cartel que ponía Madrid - Puerta de Atocha, nos montaban en los autobuses con rumbo a Tarragona, donde más tarde nos embarcarían en el tren. Por increible que parezca el conductor va y se pierde en el trayecto. Nos tuvo más de una hora dando vueltas por Tarragona con el pitorreo generalizado de los pasajeros. Con gritos de llevanos a Ibiza que sale el Ferry en media hora!
Al día siguiente presente la pertinente reclamación y al menos me devolvieron el 50% del importe del billete.
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