¿Y tú que echas de menos en el extranjero?

Mi buen amigo Jesús Gorriti sólo lleva dos semanas en el polo. Y en sólo dos semanas ya empieza a echar cosas de menos del territorio ibérico. Son tantas cosas las que echamos de menos nosotros los expatriados. Eso sí, todo hay que decir que el tiempo te va curando las apetencias y que los antojos con los años van a menos. Sólo muy de vez en cuando te entran unas ganas irrefrenables de comerte o beberte algo que no tienes y que es prácticamente imposible de conseguir. Qué daría por una buena botellina de sidra fría, o por unos bombones del Peñalba, o por un buen patxarán tras la comida, que daría por una cañita con esa espuma que sólo ponen en Madrid, por ese bocadillo de calamares o por ese queso manchego cortado con una navaja de Albacete. Que daría por estar ahí con esa persona, en ese preciso momento y en ese preciso instante en el que no puedo estar. Las tecnologías lo están arreglando todo menos la teletransportación. Afortunadamente, el tiempo todo lo cura, así que tras unos años en la diáspora, te vas haciendo a la idea de que hay cosas que no pueden ser.

A partir de ahí y siendo consciente de que la teletransportación no existe y de que aquí no te viene a ver ni el tato, tienes que usar todos los métodos y tretas posibles para conseguir esos productos ansiados por todos, por tanto Jesús, aprovechando uno de mis viajes fugaces a España me hizo su primer encargo bajo amenaza de muerte. ¡Traeme jamón!, fueron sus ordenes. Pues eso señores, ¡dicho y hecho!, paleta ibérica para satisfacer a ese íbero que lleva dentro y ya que aquí no ponen los partidos del Atleti, le traje un cómic de la historia del club, para amenizar esas tardes sufridas de domingo en compañía del carrusel deportivo.

Semana de homenaje al Kebab

(Lugar donde me comí mi primer Kebab)

Todavía me acuerdo como si fuera hoy, comí mi primer Kebab en una caravana en Mårtenstorget en Lund (Suecia). Me acompañaba un tipo de Barcelona, era la hora punta del puesto, aproximadamente las 3 de la mañana. Yo como buen chico provinciano nunca había oído hablar ni del concepto. En aquellos tiempos sacarme de la fabada, la sidra y los frixuelos era como una auténtica aventura para mi. Fue como un amor a primera vista. Tras el primer mordisco cayeron tres kebabs de la misma, uno con salsa de ajo y dos con salsa picante. A partir de la primera cata me convertí en un asiduo de la caravana, solíamos ir un par de veces a la semana con mi buen amigo Juan de Ituarte, para el cual el kebab se llegó a convertir en una verdadera obsesión.

Con el tiempo he ido conociendo a otros comedores compulsivos de kebabs entre ellos Okan Ögeturk y Riz Haque, ambos se pueden zampar entre 3 y 4 kebabs sin inmutarse. Okan llegó a recibir por correo un döner kebab, el cual fue enviado por sus amigos desde uno los mejores Kebabs de la ciudad.

De todos los sitios visitados tras mi primera experiencia, tres ciudades se llevan la palma por sus kebabs, Berlin, Londres y Estambul, estando Estambul en otra liga debido a su variedad, tradición y frescura. En Helsinki y por desgracia tenemos carestía de buenos sitios, el mejor es sin duda alguna Eerikin Pippuri, pero he de reconocer que es de tercera división comparado con lo que te puedes encontrar en las anteriores ciudades. No obstante si conocéis alguno mejor en Helsinki estoy dispuesto a oir recomendaciones.

¿Y todo esto a qué viene? Pues todo esto se debe a que la semana pasada estuvimos en Estambul donde cometí el pecado capital de la gula comiendo kebabs en sus infinitas variedades: döner, con pistachos, pasas, con berenjenas, especiales, etc. Uno de los mejores sitios que visitamos fue el restaurante Hamdi donde disfrutamos del kebab en su versión más tradicional, siempre aderezado con unos fantásticos aperitivos

Este post va dedicado a mis buenos amigos Riz, Juan y Okan, probablemente los mayores comedores de kebabs del mundo.

A vosotros mis fieles lectores, solo os lanzo una pregunta por el bien e interés cultural de la humanidad, ¿donde habéis comido el mejor kebab?

¿Qué dicen los animales en finlandés?

El perro dice Hau Hau
El gato dice Miau
El gallo dice Kukkokiekuu
La gallina dice Kot Kot Kot
La rana dice Kur Kur
El pato dice Kvaak Kvaak
El caballo dice ihahaa ihahaa
El cerdo dice Röh Röh
El cerdito dice Nöf Nöf
La vaca dice Muu
El pájaro dice Titityy titityy
La oveja dice Mää

Y finalmente el conejo no dice nada.

La píldora milagrosa - Frooties

Matti nos sorprendió en el desayuno de la semana de Fjord con Frooties, una píldora milagrosa. Deshaces una pastillita en tu boca, y todo lo ácido se convierte en dulce. Los limones, las limas, las piñas, las naranjas se convierten en dulces y deliciosas. Curiosa experiencia, Frooties.

Videollamadas como algo dado

Mi hijo concibe las videollamadas por Skype como algo dado, comunicarse por vídeo es algo obvio y natural para él, es más cuando no hay imagen en la llamada se cabrea y protesta como un auténtico energúmeno. Con sus dos años de edad enseña cosas con naturalidad a la cámara, incluso da besos a la pantalla mostrando sus sentimientos. Así son los niños de la era digital.

Lo que me pregunto es ¿cómo se comunicarán estos renacuajos cuando tengan nuestra edad?