Agosto puede ya considerarse otoño en Finlandia. El tiempo ya no acompaña tanto como en Julio, la lluvia suele hacer acto de presencia de manera habitual y las noches se empiezan a alargar a pasos agigantados. Así que como las hormigas hay que ser previsor y empezar a hacer acopio de víveres para el largo invierno finlandés. Más vale prevenir que lamentar.
Aprovechando la coyuntura nos fuimos a la cabaña el fin de semana a practicar la recolección de bayas silvestres y setas del bosque. A mediados de la semana pasada anunciaban para el domingo 26 grados y un día espléndido, por tanto no podíamos fallar a la cita. Al final el día espléndido se quedo en un día gris, asqueroso y lluvioso. Los meteorólogos también se equivocan en Finlandia. A pesar de todo fuimos capaces de compensar la decepción meteorológica con la satisfacción de la recolección. Ahora solo nos queda disfrutar de las delicias del bosque finlandés.
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