
Vacaciones forzadas, así dicta hoy uno de los titulares del
Helsingin Sanomat, principal periódico de
Finlandia, en su sección de economía. En los últimos quince días y tras la publicación de los resultados de
Nokia del Q4.
Finlandia parece haber salido del dulce sueño en el que se encontraba hasta ahora. En las conversaciones cotidianas de la gente se empiezan a
oír palabras como cautela, recesión y crisis. La gente y las empresas están a la
expectativa de los futuros acontecimientos. Por si sola,
Nokia, representa el 3,5% del
PIB de
Finlandia. Ninguna otra empresa de los estados occidentales tiene tanto impacto sobre la economía de un país como
Nokia para el estado finlandés. Los resultados del coloso finlandés han puesto en marcha todas las alarmas.
Nokia anunció tras los resultados el recorte drástico de sus gastos y la crisis global
parece haber llegado a
Finlandia.
La semana pasada estuve en España, desde la distancia la cosas no parecen para tanto, ya sabéis aquello de ojos que no ven corazón que no siente, pero tan sólo una semana en España me ha valido para darme cuenta de la gravedad de la crisis. El día de mi llegada el gobierno anunciaba los datos del paro, 198838 personas perdieron su empleo en España en Enero y según dicen lo peor esta por llegar. Los bancos enzarzados en un dialogo poco constructivo con el gobierno sobre quien tiene la culpa y sobre si se deben dar o no créditos para relanzar la economía. Los rumores urbanos, no tengo ninguna fuente fidedigna más que conversaciones en los bares, comentaban que alrededor de 1 millón de personas dejaran de percibir el seguro por desempleo antes de mayo y por tanto a partir de entonces no tendrán ningún tipo de financiación.
El momentun del ladrillo, la especulación, el pelotazo y el dinero fácil se ha acabado. Con este panorama creo que ha llegado el momento de reciclarnos educativamente hablando, de innovar, de echarle un poco de imaginación a la vida, de emprender y de trabajar duro. El quejarse vale de poco.